martes, 4 de septiembre de 2012
Cuarenta años con gripe, en cama
En su periodo de practicas un medico visito a una anciana de 74 años, que había estado postrada en cama durante los últimos cuarenta. No pudo encontrar ninguna enfermedad en ella. Descubrió que uno de los médicos que le habían precedido había ordenado a la mujer que permaneciera en cama, porque padecía gripe. Le había dicho que no se levantase hasta que él volviera a visitarla. Pero el médico se olvidó de volver.
Después de unos días, la mujer —soltera, de 34 años— se había recuperado, pero permaneció en su cama esperando la visita del doctor. Transcurrieron varias semanas y el médico no volvía. Para ese entonces, la paciente había descubierto que disfrutaba siendo atendida a cuerpo de rey y rehusó levantarse. Al principio, fue cuidada por su madre.
Cuando ésta murió, la reemplazó su cuñado. Finalmente, el nuevo médico del área hizo una visita de rutina a la casa de la paciente —en Taunton, Devon— y examinó a la mujer, que tenía entonces 74 años y aún guardaba cama, empecinada-mente. El nuevo médico remitió el caso a un especialista en geriatría. El geriatra, doctor Peter Rowe, dijo: «En la época en que la vi, ella no hubiera podido levantarse silo hubiera querido.
Estaba bastante rolliza, y muy lejos de desear abandonar el lecho». El doctor Rowe informó del caso a las revistas médicas británicas en 1978, pero a causa de la ética profesional el nombre de la mujer nunca fue revelado. Rowe relató que se necesitaron siete meses de terapia de apoyo para persuadir a la anciana de que abandonara la cama, y cómo al fin, por suerte, se puso de pie nuevamente. Vivió tres años «plenamente ,activos» antes de su muerte, a los 77 años.
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